Tiempo de conversión que nos prepara a celebrar los misterios salvadores de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Pero no renunciar por renunciar. Sin saber lo que decimos y sin el compromiso de vivirlo. Renunciar desde el corazón y con todo el corazón, conscientes de que amar de verdad siempre conlleva renuncia.
Renunciar de forma personal, consciente. Decir
“no” aunque no esté de moda, aunque suene raro. Como dice el Papa Benedicto XVI
explicando las renuncias de la liturgia bautismal: “Nosotros decimos «no»
porque decimos «sí», un «sí» fundamental, el «sí» del amor y de la
verdad.”
“¿Renunciáis a todas las seducciones del mal
para que no domine en vosotros el
pecado?”.
«¿Renunciáis al pecado para vivir en la
libertad de los hijos de Dios?».
«¿Renunciáis a
Satanás?».
Que este tiempo de Cuaresma, de meditación, te ayuden a decir rotundamente a estas preguntas:
Sí, renuncio
Sí, renuncio